5 formas básicas de liberarse del estrés

Los efectos del estrés sobre el bienestar físico y emocional son tremendos.

El estrés afecta a todo, desde nuestra inmunidad hasta la estabilidad mental, pasando por la producción de energía, el sexo y las relaciones. Si el estrés se prolonga, puede afectar negativamente a todos los sistemas de nuestro cuerpo.

Cuando experimentamos un estímulo estresante repentino, el resultado es un aumento de la frecuencia cardíaca, un aumento de la frecuencia respiratoria, una disminución de la digestión y un aumento de la glucosa en sangre para obtener energía.

Por ejemplo, cuando llegué al trabajo esta mañana, me di cuenta de que me había olvidado de desenchufar la plancha para el pelo. Esto me hizo temer que se quemara el edificio donde vivo y me hizo reaccionar al estrés. Mi ritmo cardíaco se aceleró de inmediato y mi respiración se volvió entrecortada y superficial mientras revisaba la cronología de la mañana. La digestión de la avena se detuvo y tuve una repentina explosión de energía cuando volví corriendo a casa para desenchufar la plancha.

Este sistema se conoce como sistema nervioso simpático, también conocido como respuesta de lucha o huida. Es la reacción natural de nuestro cuerpo a situaciones estresantes y su función es ayudarnos a evitar el peligro. Sin embargo, si permanecemos en un estado constante de lucha o huida, en última instancia sufrimos una disminución de los niveles de energía, una menor respuesta inmunitaria y un debilitamiento de la memoria.

El estrés es inevitable, pero la forma en que lo afrontemos puede reducir sus efectos verdaderamente problemáticos.

Aquí hay 5 formas sencillas de comenzar:

1. Meditación: Cinco minutos al día, o incluso un minuto , es un buen punto de partida para poner nuestro cuerpo en modo de relajación.

2. Respira: Busca un lugar tranquilo, cierra los ojos y concéntrate en cómo entra y sale el aire por la nariz. Haz cinco respiraciones profundas y prolonga la exhalación. Al exhalar, imagina que los pensamientos negativos abandonan tu cuerpo e intenta centrarte.

3. Dieta: opta por alimentos integrales, de origen vegetal y bajos en azúcar. Intenta reducir el consumo de alcohol y cafeína durante unos días y toma nota de los efectos.

4. Ejercicio: La Asociación Estadounidense del Corazón recomienda realizar al menos 30 minutos de actividad aeróbica de intensidad moderada al menos cinco días a la semana para optimizar la salud cardiovascular. Puedes intentar añadir yoga, baile, boxeo o cualquier actividad que te haga moverte.

5. Dormir: dormir de siete a ocho horas por noche. El sueño es el momento en el que nuestro cuerpo se repara y se restaura, por lo que es importante dormir lo suficiente para poder rejuvenecernos.

Empieza lentamente con uno solo de los consejos anteriores y toma nota de cómo te sientes. Luego, puedes ir añadiendo más gradualmente hasta que notes los resultados. ¡Tu cuerpo y tu mente te lo agradecerán!

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