5 maneras de hacer de tu cocina un oasis de alimentación saludable

El hecho de saber qué es saludable no implica necesariamente que cambiemos nuestros hábitos alimentarios, pero sí puede hacerlo nuestro entorno. Con estos cinco cambios sencillos en la cocina, podrá elegir lo que más le convenga:
1. TODO COMIENZA CON LAS COMPRAS
Sabemos que la col rizada es mejor para nosotros que las barras de chocolate, pero aún así comemos barras de chocolate, pero solo si las compramos. Alissa Rumsey, MS, RDN, es una dietista radicada en la ciudad de Nueva York que trabaja con clientes para remodelar sus cocinas para una mejor salud. Después de limpiar las cocinas de alimentos poco saludables, envía a los compradores al perímetro de la tienda para abastecerse de frutas y verduras frescas, proteínas magras, productos lácteos bajos en grasa y panes integrales. Luego pasan por los pasillos centrales para comprar frijoles enlatados, lentejas, nueces y mantequillas de nueces. “Si vas a comer alimentos reales, necesitas abastecerte de ellos”, dice.
2. HAGA QUE LAS TENTACIONES SEAN LO MÁS DIFÍCILES POSIBLES
La mayoría de nosotros vivimos con otras personas que pueden no tener los mismos objetivos de alimentación saludable que nosotros. “Negocie con ellos”, aconseja Rumsey, “y vea si están dispuestos a mantener esos alimentos en un armario separado”. Si no puede eliminarlos de su cocina por completo, encuentre formas de mantenerlos fuera de la vista. Guarde los tentadores dulces congelados detrás de otros alimentos, esconda las mermeladas azucaradas en la parte posterior del estante inferior del refrigerador y coloque las tentadoras galletas y papas fritas en un estante al que necesite una escalera para llegar.
3. LO QUE ESTÁ EN TU ENCIMERA ES LO PRIMERO QUE TIENES EN CUENTA
Lo primero que ves cuando entras a tu cocina hace que sea más probable que lo comas. Lindsey Pine, MS, RDN, consulta a clientes en Los Ángeles para ayudarlos a alcanzar sus objetivos de nutrición y bienestar. Ella conoce el impacto de ver belleza y frescura en la cocina y aconseja a cualquiera que quiera comer de manera saludable que tenga un tazón de frutas y verduras frescas, incluidos tomates y aguacates, en la encimera. “Estos tienen el mejor sabor a temperatura ambiente, no refrigerados, así que muéstralos”, dice. Pine también recomienda mantener la licuadora y el procesador de alimentos en la encimera. Es más probable que prepares batidos, sopas y salsas llenos de frutas y verduras si los electrodomésticos que necesitas están visibles.
4. REPLANTEA TU REFRIGERADOR
Olvídate del cajón de verduras para frutas y verduras. Colócalas en un lugar visible cada vez que abras el frigorífico. Rumsey aconseja ir un paso más allá y lavar y cortar las frutas y verduras y colocarlas en recipientes transparentes del tamaño de una ración tan pronto como llegues a casa del supermercado. “Mantenlas en el centro del frigorífico”, dice, y elegir la opción saludable es fácil. Guarda también otros alimentos saludables como yogur griego, hummus, huevos duros y mantequillas de frutos secos naturales en los estantes centrales.
5. REDUCE EL TAMAÑO DE TU VAJILLA
Los platos, cuencos y vasos grandes nos hacen pensar que es “normal” comer porciones grandes. Brian Wansink, PhD, es un pionero en el estudio de cómo nuestro entorno afecta lo que comemos. Sus estudios descubrieron que los platos y vasos más grandes hacen que nos sirvamos más y, por lo tanto, que comamos y bebamos más. Su tamaño recomendado es de 9 a 10 pulgadas de platos y cuencos que contengan menos de 16 onzas. Los vasos para cualquier bebida, excepto agua, deben ser altos y estrechos.
Si todo esto le parece fascinante, el libro de Wansink, “Slim by Design ”, explora el tema en profundidad.
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