5 maneras de comer más verduras para quienes las odian

Ya sabes lo buenas que son las verduras para tu salud. Has oído hablar de la fibra que mantiene sanos tus sistemas cardiovascular y digestivo. Sabes que son una gran fuente de antioxidantes, que ayudan a prevenir enfermedades desde dentro hacia fuera. Y sabes que son una excelente fuente de vitaminas y minerales, todos ellos necesarios para una dieta equilibrada. Bla, bla, bla… pero conocer sus beneficios no hace que te gusten más. Lo has aceptado: odias las verduras y no hay nada que puedas hacer para cambiar ese hecho. ¡FALSO! Aquí tienes cinco formas de incorporar de forma lenta pero segura más verduras a tu dieta y tal vez incluso aprender a amarlas:

1. TRANSFORMARLOS

Las verduras crudas no son tan satisfactorias como sus contrapartes cocidas. Las coles de Bruselas crudas pueden ser bastante poco atractivas para muchos paladares. Pero si las cortas en rodajas, las rocías con aceite de oliva y las asas a 220 °C durante 30 minutos, habrás logrado una transformación total. Han pasado de amargas a dulces. Incluso la humilde lechuga romana, que a menudo se sirve en un sándwich o en una ensalada, cobra nueva vida cuando se corta por la mitad a lo largo, se rocía con aceite y vinagre balsámico y se coloca en la parrilla durante 5 a 10 minutos. Si prefieres que las verduras no se parezcan a su forma natural, la mejor opción es hacer puré. Asa la calabaza en el horno, saca el interior con una licuadora y sazona con sal y pimienta. Agrega caldo de pollo para hacer una deliciosa sopa de calabaza de invierno o mejor aún… mezcla el puré con macarrones con queso.



2. TEMPORADA FUERA

La mayoría de los alimentos necesitan condimentos. El romero y el limón son una combinación perfecta para agregar a las papas, zanahorias y cebollas. Para aquellos a quienes les gusta un poco de picante, usen chile en polvo, comino y pimentón para obtener un sabor cálido. Mezcle batatas cortadas en cubitos con una mezcla de estas especias y luego saltéelas para hacer un picadillo para el desayuno, o cubra una mazorca de maíz con la mezcla y tírela a la parrilla. Y no se olvide del queso: puede enmascarar más o menos otros sabores. Pruebe el queso cheddar derretido sobre brócoli al vapor o el parmesano rallado sobre espárragos a la parrilla.

3. SÉ SIGUIENTE

Con un poco de creatividad, se pueden esconder verduras en algunos de tus platos favoritos. Empieza por elegir aquellas que tengan un sabor sutil y un color similar al de lo que estás preparando. Un truco fácil es añadir cebollas, zanahorias y pimientos rojos finamente picados a la salsa de tomate, o calabaza asada y hecha puré a la salsa de crema de un plato de pasta. A medida que aumente tu tolerancia, podrás ser más atrevido. Puedes mezclar calabacín y zanahorias ralladas en muffins, mientras que las remolachas se pueden mezclar con un pastel de chocolate, una masa de brownie o mezclarlas en un batido con cítricos y plátano. Hablando de batidos, prueba a mezclar espinacas en tu próxima creación: puede que le dé un tinte verde a tu bebida, pero los plátanos y las bayas cubren fácilmente su sabor suave.

4. MANTÉNGALO EN LA FAMILIA

Una vez que encuentres una verdura que te guste, prueba otras de la misma familia, ya que suelen tener sabores y texturas similares. Si te gustan las zanahorias, otras hortalizas de raíz, como nabos, chirivías, remolachas, jícama y ñame, son el siguiente paso natural. Comienza cocinándolas de la misma manera en que te resultaron más sabrosas las zanahorias. Esto significa que si te gustan las zanahorias asadas con un chorrito de jarabe de arce y tomillo fresco, es probable que también te gusten las chirivías asadas preparadas de esa manera. Si puedes soportar la posibilidad de incluir espinacas en tus batidos, prueba a sustituirlas por otras verduras de hoja verde, como col rizada, berza o hojas de nabo. Las batatas son una excelente alternativa a las patatas blancas.



5. ACEPTE LOS REEMPLAZOS

Algunas verduras son excelentes sustitutos (y bajos en calorías) de los ingredientes tradicionales en las recetas. ¿No me cree? Pruebe a usar lechuga en lugar de panecillos o tortillas para darle un toque final a su próxima hamburguesa, sándwich o taco. También puede reemplazar el arroz por coliflor rallada o probar esta sémola de coliflor con queso . Las verduras también son una excelente alternativa a la pasta tradicional. Los fideos de calabacín, también conocidos como “zoodles”, pueden reemplazar a los espaguetis, mientras que la berenjena en rodajas puede usarse como fideos para lasaña.

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