Comer menos, saborear más: 5 ingredientes para comidas más sabrosas

Ajustar nuestros hábitos alimentarios e incorporar alimentos más simples y menos procesados ​​para lograr una dieta más equilibrada y con menos calorías es una batalla interminable. Si bien las frutas frescas, las verduras, los cereales integrales y las proteínas magras son excelentes para el cuerpo, pueden requerir un poco de ayuda para deleitar el paladar.

Es más fácil adoptar hábitos saludables (y mantenerlos) cuando las comidas saludables son deliciosas. Realza el sabor de tus comidas con estos cinco ingredientes fáciles de encontrar:

1. SAL

La sal aporta sodio, un nutriente que nuestro cuerpo necesita (con moderación) para mantener la presión arterial, ayudar a que nuestros músculos y nervios funcionen correctamente y mantenernos hidratados. Nuestras comidas también necesitan sal por varios motivos importantes: la sal abre nuestras papilas gustativas y nos permite saborear los sabores con más claridad. La sal también ayuda a que ciertas moléculas de los alimentos se liberen al aire, lo que aumenta sus aromas y mejora nuestra percepción del gusto. Equilibra los sabores salados y amargos de nuestros alimentos. Hay una variedad de sales para elegir, cada una con sus propios sabores únicos. Utilice sales de grano fino, como la sal marina, para condimentar los alimentos mientras se cocinan, y reserve las sales de grano grande para terminar y espolvorear justo antes de servir. También puede experimentar con sales ahumadas y sales con hierbas.

Intente espolvorear su avena o tostadas de desayuno con una pizca de sal marina de grano grande, agregue sal marina de grano fino al agua cuando cocine granos o pastas para darle sabor y espolvoree algunas pizcas de sales con hierbas sobre ensaladas o platos principales de proteínas antes de servir para agregar un poco de sabor.

2. CÍTRICOS

Además de tener un alto contenido de vitamina C (un poderoso antioxidante), los sabores brillantes y alegres de los cítricos son innegables y pueden llegar mucho más allá de rociar sus platos con jugo de limón.

Pruebe a utilizar rodajas de fruta enteras en pescados al horno o al asar pollo. Quite las semillas y tueste limones, naranjas, pomelos y limas enteros, luego utilice sus gajos para agregar un sabor suave y dulce a cualquier plato. Mezcle y combine jugos de cítricos y agréguelos a aderezos caseros para ensaladas, exprímalos sobre ensaladas o incluso carnes para agregar un toque ácido. Espolvoree la ralladura de frutas frescas sobre avena, helado o su parfait de yogur favorito.

3. MEZCLAS DE ESPECIAS

Las especias son semillas, raíces y cortezas secas. Existen cientos de variedades y aún más formas de combinarlas en mezclas agradables para enriquecer el sabor. Las mezclas de especias ayudan a crear perfiles de sabor específicos, a menudo regionales, y son una forma sencilla de experimentar y explorar los sabores del mundo en su propia cocina. La harissa, el za’atar, el togarashi, el furikake y las cinco especias chinas son fáciles de encontrar en supermercados bien abastecidos o mercados étnicos.

Pruebe a espolvorear furikake, una mezcla japonesa de especias de sésamo y algas, sobre huevos, tazones de arroz y sopas de fideos para darle un toque extra de sabor. Ase zanahorias con una pizca de harissa de Oriente Medio y un chorrito de aceite de oliva y jarabe de arce para obtener sabores ahumados y profundos. Mezcle togarashi japonés picante con hummus o aguacates machacados con lima para obtener un aderezo inesperado y picante para galletas. Espolvoree za’atar mediterráneo sobre pollo o vegetales asados ​​para darle un toque terroso, y elija cinco especias chinas en lugar de pimienta de Jamaica para hornear o aderezar avena y gachas.

4. CHILES

Existen varias teorías que sostienen que agregar chiles picantes a las comidas tiene ciertos beneficios para la salud, pero sugerimos agregar un poco de picante adicional simplemente porque agrega un sabor inesperado a platos que de otro modo serían insulsos. No olvide quitar las semillas de los chiles frescos antes de agregarlos e investigue un poco antes de comprar chiles frescos o secos: algunos tienen un toque más picante que otros.

Prueba a cortar chiles frescos y machacarlos con un par de dientes de ajo. Échalos en un frasco de vidrio y agrega vinagre o aceite de oliva. Luego, rocíalos sobre ensaladas o platos principales. Coloca un par de chiles en un procesador de alimentos con partes iguales de ajo y jengibre y bate. Usa una cucharada para condimentar sopas, salteados o adobos.



5. HIERBAS FRESCAS

Un puñado de hierbas frescas y vibrantes puede hacer maravillas en todos tus platos. Menta, albahaca, tomillo, orégano, eneldo… ¡no hay límites! Encuentra algunas opciones frescas que te encanten y experimenta con echar puñados sobre ensaladas, carnes asadas, tazones de cereales e incluso platos de fruta fresca.

Prueba a añadir un buen puñado de tus hierbas favoritas a tus ensaladas frescas y coloridas. Calienta lentamente el aceite de oliva y añade un puñado de hierbas frescas. Luego, cuela las hierbas para preparar un aceite de oliva infusionado. Si lo guardas en el refrigerador, es perfecto para rociarlo sobre ensaladas, pastas o cereales.

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