Cómo restablecer tu relación con la comida

Los esfuerzos por llevar una alimentación saludable a menudo pueden acabar pareciendo un péndulo que oscila de un extremo al otro, pasando por el punto medio con una fuerza asombrosa. A menudo, la privación y los atracones se producen de forma cíclica. Como un péndulo, estas conductas absolutas acaban por llevarnos a compensar en exceso, con una fuerza poderosa que nos hace volar hacia el otro extremo.
Si tu relación con la comida se parece a un péndulo oscilante (es decir, has probado dietas que te hacen sentir privado y comes en exceso, sintiéndote un fracaso total y como si tuvieras que empezar de nuevo), no estás solo.
Desarrollar una relación saludable con la comida es difícil, pero encontrar ese equilibrio entre los extremos es un viaje que vale la pena emprender. Si practicas estos ocho comportamientos, con el tiempo podrás restablecer tu relación con la comida y encontrar ese punto de descanso cómodo en el que te sientas en paz y en equilibrio.
- Olvídate de las modas. Seguir una dieta de moda es tentador porque quizás quieras obtener resultados rápidos y fáciles que suelen prometer estas dietas. Es posible que no te des cuenta o no tengas en cuenta la realidad de que, aunque puedas perder peso con la dieta de moda, es probable que sufras consecuencias cuando vuelvas a la vida normal. Las dietas de moda pueden hacer que el péndulo se incline hacia la sobrealimentación y los atracones y, en el proceso, pueden destruir tu relación con la comida.
- Mire hacia dentro. En lugar de esperar que la próxima dieta dicte su patrón o comportamiento alimentario, comience a mirar hacia dentro en busca de señales que le indiquen cuándo, cuánto y qué comer. Deje que la alimentación se guíe por señales internas de hambre y saciedad la mayor parte del tiempo en lugar de buscar reglas o restricciones externas sobre cómo debería ser su alimentación.
- Sé amable y compasivo contigo mismo. No se trata de perfección, sino de progreso. Si comes un donut por la mañana y deseas no haberlo hecho, llena el resto del día con alimentos que te ayuden a sentirte y funcionar mejor. Un donut (o dos) al comienzo del día no debería llevarte inevitablemente a un paquete entero de galletas, una bolsa de papas fritas o un galón de helado. Cuando te des cuenta de que estás pensando en todo o nada, practica la compasión y presiona el botón de reinicio.
- Replantea los reveses. Cuando (no si) te desvías de tus esfuerzos por comer de forma saludable, intenta aprender de esos reveses en lugar de usarlos como excusa para rendirte. El proceso de desarrollar una relación saludable con la comida implica triunfos y tribulaciones. Ver cada experiencia como una oportunidad de aprendizaje es mucho más productivo que regodearse en el fracaso.
- Disfruta de tu comida. Si tu mente está llena de desorden mientras comes, intenta practicar la atención plena. Aleja tus pensamientos de frases como “¡Esto es tan malo para mí!” o “¿Por qué estoy comiendo esta comida?” o “¡Esto me va a hacer engordar!” y simplemente disfruta de lo que tienes en el plato. Ya sea que estés comiendo una ensalada de col rizada y quinoa o disfrutando de tu helado favorito, experimenta el sabor, el olor, la sensación y el gusto de la comida. Apreciala y disfrútala.
- Vive el momento presente. En lugar de estresarte por lo que hiciste ayer o por lo que comerás dentro de dos días, céntrate en dónde estás ahora y en las opciones que tienes por delante hoy. Después de todo, solo tenemos el control de este preciso momento.
- Permítete comer sin condiciones. Naturalmente, tendemos a comer alimentos (y cosas en general) que están prohibidos. Cuando decimos “nunca más azúcar”, lo que suele sobrevenir es un atracón de azúcar. Irónicamente, el verdadero permiso incondicional para comer conduce a elecciones más saludables, mientras que la restricción tiende a conducir a atracones. Ajusta tu mentalidad hacia un enfoque más neutral en cuanto a los alimentos y observa cómo cambia el contenido de tu alimentación.
- Sé agradecido. En lugar de obsesionarte con lo negativo, practica el sentirte agradecido por las cosas que tienes y por las cosas que te van bien. Aprende a apreciar la comida y a ver lo bueno que hay en ella. Haz un esfuerzo por sentirte agradecido por el cuerpo que tienes y la salud de la que gozas. Encuentra formas de reconocer tu gratitud por la comida y piensa de dónde viene y qué hace para mejorar tu vida.
Busque formas de llevar el péndulo hacia el equilibrio y el descanso. Haga esfuerzos por sanar su relación con la comida poniendo en práctica estos consejos. Encuentre un lugar donde sienta que está en un equilibrio cómodo entre comer poco y comer demasiado, y aprenda a hacer las paces con la comida de una manera que sea adecuada para usted. ¡Su cuerpo y su mente se lo agradecerán!
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